Querida Andrea,
Quiero contarte por medio de esta carta lo especial que ha sido para mí conocerte.
Todo comenzó en una fiesta de adultos jugando a ser niños. Y acudió a la cita una niña que se comportó mucho mejor que algunos adultos.
Lo pasaste tan bien como nosotros y a todos nos sorprendió ver cómo te adaptabas a nuestras conversaciones y juegos con esa pícara curiosidad innata de preguntar y querer saber propios de tu edad.
Nos maravillaste!